Entró en las Cortes Pavía
a caballo y con pistola,
y ante la caballería
se acalló la algarabía,
típicamente española.
Se hizo un silencio opresor,
se hizo un silencio vasallo,
un silencio de pavor:
sólo se oía el tambor
de los cascos del caballo;
y en una pose hierática,
el espadón de esperpento
gritó con voz mayestática:
!" Por voluntad democrática,
se disuelve el Parlamento"¡.
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