Otra vez contaré la vieja escena:
Diógenes y Alejandro, frente a frente:
Diógenes y Alejandro, frente a frente:
viviendo en su tonel, uno, indigente;
nadando el otro en opulencia obscena.
Contempla el Macedonio en gloria plena
al Cínico inmutable, indiferente,
y el dueño de Oriente y de Occidente
desempolva su canto de sirena :
" Pídeme lo que quieras, te suplico:
serás famoso, poderoso y rico;
olvidarás la mugre y el farol ".
Y el gran sabio, metido a pordiosero,
contesta despectivo :" Solo quiero
que te apartes : me estás quitando el sol "
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