El espía que Leónidas envía
al campo del Gran Rey, vuelve jadeante :
el pasmo se refleja en su semblante
el pasmo se refleja en su semblante
de pavor, su mirada desvaría.
Leónidas le ordena : " Cuenta espía;
deja ya de temblar como un infante ".
El hombre rompe a hablar : ! Impresionante ¡
"! Si no lo hubiese visto no lo creería :
Son tantos los arqueros enemigos,
que su paso estremece tierra y cielo
y a un tiempo disparando, yo te digo
a los rayos del sol pondrían velo...! ".
"! Mejor !" - gritó una voz que aún nos asombra -:
"! Así pelearemos a la sombra "!.
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