No sabe el soldadito analfabeto,
mercenario en Sicilia destinado,
quién es el sabio Arquímedes, nombrado
desde el golfo de Cádiz a Mileto;
no sospecha el soldado analfabeto
que aquel viejo vulgar, acartonado,
que lee en un papiro, ensimismado,
pueda ser tan emérito sujeto.
" ¿ Quién eres?"- le pregunta- " ! Vamos dí ¡ ";
Y el sabio no responde absorto en " Pi " :
Y el sabio no responde absorto en " Pi " :
Tomando su silencio por agravio,
desenfunda su espada y lo degüella :
Nunca jamás como la vez aquella
el silencio costó más caro a un sabio
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