Locas, semidesnudas, licenciosas,
danzan, danzan beodas las bacantes,
ornadas sus cinturas ondulantes
de pámpanos y hiedras olorosas.
Al rítmico vaivén, todas las cosas
se parecen a falos cimbreantes;
los sátiros las soban babeantes
emulando a los dioses con la diosas.
Cuando crótalo y címbalo se apagan,
se escucha afrodisíaco jadeo,
y bacantes y sátiros se embriagan
del divino placer del himeneo.
! Oh Arcadia del placer, Edad perdida,
sin freno, sin pudor, sin ley, sin sida ¡.
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